lunes, 17 de mayo de 2010

Damas y caballeros

“Ellos/Los otros... no perdonan”
María del Carmen Colombo

¿Quién me alivia esta fisura hendida en mis entrañas?
¿ Los señores que pervierten el mundo con sus negocios sucios
y después surgen amenazantes y ofendidos
porque un amor escapó de su jaula?
¿Las señoras que se conmueven con las telenovelas
pero en la realidad condenan a la mujer de carne y piel
que lloraron personaje ante las pantallas?
¿Los jóvenes que juegan a la libertad en sus propias veredas
pero entrerrejan al diferente que osa
ejercer esas libertades que pregonan
de la boca hacia el viento?

Nunca digas te lo dije pero te lo dije:
saldrán de todas cuevas
hordas de envidiosos/moralistas/hipócritas/
a destruir sin piedad
aquello que lastima sus vidas
hace mucho acabadas en desvíos sin emoción alguna/
o matadas antes de comenzar.

Nunca digas te lo dije pero te lo dije:
los ojos de los otros se nublarán al vernos
verán lo que sus torvas cabezas les amparan
mentirán todo vicio que no complete el cuadro
crucificarán a aquellos que se hayan atrevido
(maten al distinto)

evacuarán a quienes todavía tengan sangre en sus venas
y los arrojarán felices a la mitad del río:
ellos gustan dormirse enclaustrando debajo de su almohada
corazones sangrantes.
Así ha sido siempre y lo seguirá siendo
porque
del niño del comienzo hemos adultizado el narcisismo.
Otro mundo sería/respirable y abierto/
si hubiéramos adultizado la inocencia (la nuestra, manantial).
Mirá en tu derredor:
todos trituran/orgullosos y expertos/
algún trozo de prójimo en sus fauces.
Se sientan en sillones repujados
con la piel del más débil.

Viejo/niño Walt Whitman:
no han entendido nada de tu pellejo exhausto
respirando la hierba/ellos
no valen ni siquiera una hebra canosa
de tu vello púbico.

Nunca digas te lo dije pero te lo dije:
y te dije también: sólo tu amor nos salvará.

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